Adriana Paloma

"SE NOS OCURRE QUE LA POSIBILIDAD DE LEER UN TEXTO ES INVENTAR ALGO EN ESE VACIO. INVENTAR, ES DECIR, SUPLEMENTAR. EL TRABAJO DE LECTURA, CUALQUIERA SEA EL DE UN POEMA, EL DE UN TRATADO, SOLO EMPIEZA AHÌ DONDE SE PRODUCE ESE VACIO QUE DESCUBRE UN SUPLEMENTO. LO OTRO ES REITERACIÒN DE HÀBITOS FAMILIARES DE RECONOCIMIENTO" http://jornadasnazismounr2011.blogspot.com/

jueves, 29 de abril de 2010

MARTÌN HEIDEGGER: BIOGRAFÌA

(Messkirch, Alemania, 1889-Todtnauhaberg, actual Alemania, 1976)

Filósofo alemán. Discípulo de Husserl, su indiscutible preminencia
dentro de la filosofía continental se ha visto marcada siempre por
la polémica, sobre todo la de su adhesión al régimen nacionalsocialista,
manifestada en el discurso que pronunció en la toma de posesión de
la cátedra en la Universidad de Friburgo (1933). La renuncia a
la cátedra, muy poco después de ocuparla, no evitó que en 1945
fuera destituido como docente en Friburgo, tras la ocupación
de Alemania por los aliados.Sólo en el año 1952 se reincorporó,
si bien su actividad académica fue ya mucho menos constante.
Aunque recibió de algunos de sus discípulos, como Marcuse,
a sugerencia insistente de que se retractara públicamente de
su discurso de 1933, el filósofo desestimó el consejo y nunca
quiso dar explicaciones. Si bien para algunos es imposible abordar
su obra sin reservas, la mayoría de filósofos y estudiosos actuales
prefieren tomar el trabajo de Heidegger en su sentido estrictamente
filosófico, que no resulta menos controvertido.
Desde la filosofía analítica, su obra ha sido
criticada con dureza, sobre todo por Carnap. Pero el pensamiento
heideggeriano también ha suscitado adhesiones entusiastas: así,
la filosofía francesa de las décadas de 1960 y 1970 (Derrida, Lévinas,
Ricoeur) admiró la capacidad de precisión de su lenguaje, así como
su aportación al discurso humanístico.
La obra de Heidegger suele entenderse como separada en dos períodos
distintos. El primero viene marcado por Ser y tiempo, obra que, pese a
quedar incompleta, plantea buena parte de las ideas
centrales de todo su pensamiento. En ella, el autor parte del
presupuesto de que la tarea de la filosofía consiste en
determinar plena y completamente el sentido
del ser, no de los entes, entendiendo por «ser» (aunque la definición
de este concepto ocupa toda la obra del autor, y es en cierto
sentido imposible), en general, aquello que instala y mantiene
a los entes concretos en la existencia.
En la comprensión heideggeriana, el hombre es el ente privilegiado
al que interrogar por el ser, pues sólo a él «le va» su propio ser,
es decir, mantiene una específica relación de reconocimiento con él.
La forma específica de ser que corresponde al hombre es el «Ser-ahí»
(Dasein), en cuanto se halla en cada caso abocado al mundo, lo cual
define al «ser-ahí» como «Ser-en-el-mundo». La distinción de la filosofía
moderna, desde Descartes, entre un sujeto encerrado en sí mismo que
se enfrenta a un mundo totalmente ajeno es inconsistente para
Heidegger: el ser del hombre se define por su relación con el mundo,
que es además práctica («ser a-la-mano») antes que
teórica («ser ante-los-ojos»).
Estas categorías le sirven para comprender por dónde pasa la diferencia
entre una vida auténtica, que reconozca el carácter de «caída» que
tiene la existencia, es decir, la imposibilidad de dominar su fundamento
(el ser),y una vida inauténtica o enajenada, que olvide el ser en nombre
de los entes concretos. La dimensión temporal del ser, en cuanto
proyecto del «ser-ahí» y enfrentamiento a la muerte
(el ser-ahí es también «ser-para-la-muerte»),
sería el otro gran olvido de la filosofía clásica. El esfuerzo de
Heidegger por pensar el ser como relación de los entes
en el tiempo está en la base del posterior
movimiento hermenéutico.
En la segunda etapa de su pensamiento, el filósofo estudia la historia
de la metafísica como proceso de olvido del ser, desde Platón, y como
caída inevitable en el nihilismo (cuando se piensa el ente tan sólo, éste
termina por aparecer vacío). En sus últimas obras, realiza un
acercamiento al arte como lugar privilegiado donde se hace presente
el ser. Para Heidegger, se hace también necesario rehabilitar los
saberes teórico-humanísticos, a fin de mostrar que lo que constituye
a todo hombre en cuanto tal no es su capacidad material de alterar
el entorno, sino la posibilidad que tiene de hacer el mundo habitable:
el hombre debe comprender que no es «el señor del ente sino
el pastor del ser» y que «el lenguaje es la casa del ser».
Antes que la técnica, el lenguaje, y en general la conciencia
(la capacidad de interrogarse del Dasein),
son los dos elementos que constituyen al hombre en cuanto existente
o, lo que es lo mismo, en cuanto hombre.
Gentileza.http://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/heidegger.htm

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